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El duelo (II)

Etapas de Klüber Ross

Somos una sociedad tanatofóbica, esto es, tenemos fobia a la muerte. Es un tema que nos inquieta y esto nos lleva afrontarla con mayor intensidad.

La muerte es un hecho natural, y consustancial a la vida. Como en su día dijo José Luis Borges: “la muerte es una vida vivida, la vida es una muerte que viene”. 

Elisabeth Kübler Ross, una de las tanatólogas más reconocidas, dedicó gran parte de su vida a estudiar la experiencia en el umbral de la muerte. Para ella, la muerte es similar al nacimiento, es el inicio a una nueva existencia, mudarse a una casa más bonita. Allí nos está esperando la gente que amamos que se fue antes que nosotros, es por eso por lo que nadie muere solo. Y si no hay gente esperándonos, siempre estará un ángel de la guarda para acogernos. En el umbral de la muerte una luz brilla al final, y nos llena de un amor incondicional desapareciendo el miedo a morir (*).

El duelo por la muerte de un ser querido es un proceso, que aunque personal e intransferible, tiene ciertos aspectos característicos que se suelen dar en la mayoría de los casos.

Elisabeth Kübler Ross define 5 etapas en el proceso de duelo:

  • Negación: la reacción inicial suele ser negar lo ocurrido o minimizar su importancia (“esto no es verdad”, “no me está pasando a mi”)
  • Ira: cuando reconoces la pérdida, suele aparecer un sentimiento de enfado y frustración por la impotencia de no poder hacer nada (“por qué a mi”)
  • Negociación: mantienes la esperanza de que nada ocurra, se puede llevar a cabo una especie de negociación para conseguir un determinado tratamiento, o para que ocurra un milagro (si se salva, hago determinada cosa)
  • Depresión: se empieza a asumir la perdida y aparece la tristeza (“se ha ido, estoy triste”)
  • Aceptación: se acepta la pérdida, se asume lo inevitable de lo sucedido, y llega la calma (“he de seguir adelante”

No siempre aparecen todas ellas, ni, si se dan, tiene que ser en el mismo orden. También se pueden dar en otros procesos de pérdida como una ruptura, o cuando te enfrentas, en general, a una mala noticia.

En ocasiones, en estas fases no se incluye la negociación y se incluye la culpa (“si no hubiera hecho tal cosa”).

Willian Worden, una autoridad en el tratamiento del duelo también define las fases del proceso, pero desde un punto de vista mas activo, y habla de 4 tareas: 

  • Tarea I: aceptar la realidad de la pérdida. Distingue:
    • aceptación intelectual: conocimiento de la pérdida
    • aceptación emocional: reconocer las emociones que genera la pérdida. 
  • Tarea II: experimentar el dolor de la pérdida. Reconocer las emociones y sentirlas, tanto las positivas como las negativas: ira, enfado, culpa, angustia, soledad.
  • Tarea III: adaptarse a un entorno en el que esta la persona ausente. La adaptación puede ser interna, externa o espiritual. 
  • Tarea IV: recolocar emocionalmente a la persona ausente y continuar viviendo. No hay que olvidar a la persona, si no reubicarla emocionalmente y seguir con nuestra nueva vida.

Nuestros miedos no detienen a la muerte, sino a la vida.  Elisabeth Kübler Ross

(*) La muerte: un amanecer. Kübler Ross, E. (Editorial Luciérnaga, 2014)

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