Blog

La alegoría del carro (una metáfora sobre nosotros)

alegoría del carro

Contaremos el viaje de la vida a través de un viejo relato, tan viejo que nos remontamos a la antigua Grecia. A la Grecia de Platón (discípulo de Sócrates y maestro de Aristoteles).

Platón fue el primer pensador que se planteó el estudio de conocimiento por sí mismo, iniciando un campo dentro de la filosofía que acabo dando lugar a la psicología cognitiva.

Platón utilizo en su obra distintas metáforas (como la metáfora de las ideas) y alegorías (la conocida alegoría de la caverna), sin embargo, hoy contaremos la alegoría del carro, en versión actualizada.

Con la alegoría del carro, Platón pretendía explicar las partes del alma, con dos caballos que representan un alma racional y un alma apetitiva (el bien y el mal respectivamente). Para platón la personalidad humana es como un carro tirado por dos caballos. Uno es bueno y fácil de controlar, y el otro es más difícil e imposible de dominar. Platón consideraba que el mal podía ser debido a una falta de control del alma racional (ésta última representaría el bien y la virtud). Ambas aportarían la energía necesaria para que el carro avance.

Avanzamos en el tiempo y adentrándonos en la perspectiva de la psicologia cognitiva, nosotros expondremos una interpretación actualizada de la metáfora del carruaje para para explicar de forma gráfica y simple qué somos y cuál es el viaje de nuestra vida.

Imaginemos que nos dejan prestado un bonito carruaje para emprender un gran viaje. El carruaje este bien, en perfectas condiciones, pero para que se ponga en marcha necesitamos algo más. El carruaje por sí solo no nos lleva a ningún lugar, permanece estático y no avanza hacia ningún sitio. Necesita al menos 2 caballos que tiren de él y lo muevan. Tenemos ya el carruaje y los caballos, ya nos podemos mover, ahora bien, a dónde vamos y quién nos dirige, necesitaremos un chofer, un conductor que sepa indicar a los caballos de nuestro carruaje cuál es el camino hacia el destino elegido. ¿Y cómo puede nuestro chofer dar las instrucciones precisas a los caballos? Necesita unas riendas a través de la cuales pueda controlar a los caballos y dirigirlos a la meta. 

Ahora si ya tenemos nuestro vehículo equipado. Un bonito carruaje, con unos potentes caballos, que nos llevaran al lugar elegido gracias al chofer que maneja y controla las riendas.

Podemos asimilar nuestro cuerpo al carruaje, es nuestro soporte físico, pero nuestro cuerpo, sin nada más solo es una masa inerte que no nos lleva a ningún sitio, no tiene energía, ni propósito, simplemente yace. Necesitamos el ser, el yo, el hombre que lo ha de conducir, el conductor del cuerpo, del carruaje. El hombre se diferencia de los demás mamíferos en el desarrollo del lóbulo prefrontal, el cual le ha permitido el desarrollo del intelecto, y con él, la capacidad del lenguaje y del pensamiento. El intelecto es la parte racional que nos permite controlar el entorno, tanto el entorno interno (de nuestro cuerpo) como el externo (el contexto). A través del pensamiento, el chofer, nosotros, el yo, transmite la dirección y guía el camino que queremos seguir, son las riendas del carruaje con las que se controlan los caballos. Es importante tener claro el destino a alcanzar y el camino a seguir para no perdernos. Finalmente, en el recorrido de nuestro viaje los caballos observan el paisaje por el que van atravesando y sienten, transmitiendo las emociones que experimentan.

En el transcurrir de la vida, para un viaje sin demasiados contratiempos, hemos de equilibrar nuestro cuerpo con nuestro intelecto, con nuestros pensamientos y nuestras emociones. En ocasiones, dominara el pensamiento racional, y controlaremos fácilmente los caballos guiándolos por el camino correcto. Otras veces, puede que el control no sea posible y nos desviemos del camino, sintiendo miedo e incertidumbre. Otras, necesitaremos parar y tomar perspectiva de lo que hemos recorrido y del camino que nos queda por recorrer. Puede ocurrir también, que los caballos se desboquen, y nos guien las emociones, la ira, la culpa, la vergüenza, o por el contrario, los caballos pueden estar relajados y nuestras emociones estarán serenas y conectadas con nuestros pensamientos, el viaje será mas tranquilo.

Todo ha de estar coordinado y en equilibrio para que el viaje sea placentero y satisfactorio. 

En realidad, con todos los componentes, logramos constituir nuestra personalidad. Entendiendo la personalidad como el conjunto de aspectos que nos definen como individuo y nos diferencian de los demás individuos, permitiéndonos adaptarnos al entorno.

La persona es un agente activo que puede determinar el rumbo de su vida. En ello influyen todos los aspectos que la identifican como persona en interacción con el ambiente.

Desde el punto de vista de la psicología cognitiva el pensamiento, la emoción y la conducta están interrelacionados de tal forma que cada uno de ellos interviene en los otros dos. Los tres componentes han de estar en buenas condiciones para que nuestro funcionamiento vital sea satisfactorio. Así, el cochero guiará de forma adecuada y adaptativa a los caballos del carruaje para que el pasajero llegue a su destino disfrutando del viaje. 

Cada persona desarrolla su propia autonomía e independencia para afrontar todos los retos que se encuentre a lo largo del camino y elegir su propia destino. Si en algún momento necesita ayuda puede contar con gente de confianza de su entorno que le proporcione afecto y el soporte adecuado. En ultima instancia puede solicitar ayuda psicológica que le aporte las herramientas necesarias para el manejo de las dificultades.

0 comentarios

Abrir chat
Hola soy Elvira,
¿En qué puedo ayudarte?